martes, 29 de enero de 2013

Capítulo 9


*Narra _______*
Al día siguiente desperté tarde. Era el último día de mis vacaciones y planeaba disfrutarlo, aunque fuera un poco. Me duché, me vestí y bajé a desayunar. Harry estaba sentado comiendo.
-Buenos días.-Miró hacia arriba y me sonrió, yo también lo hice.
-Buenos días.-Respondí.
-¿Cómo dormiste?
-Bien, ¿y tú?
-Muy bien. Saldremos temprano, así que tienes que desayunar y nos vamos a comprar.
-Bueno...-Busqué el cereal, la leche y me senté a desayunar.
-¿Quieres tostadas?.- Preguntó.
-Bueno. 
-Espera, las haré en seguida.-Se paró de su silla y se puso a cocinar. Luego de un rato, ambos estábamos sentados comiendo. Una vez que terminamos de desayunar, nos paramos de la mesa y salimos de casa. Subimos a su auto y nos fuimos.
-¿Qué se supone que hay que comprar?.-Pregunté mientras miraba como conducía.
-Pues, ni yo lo sé. Annie dijo que debíamos venir, así que teníamos que hacerlo.-Miraba al frente mientras conducía.-Pero si quieres podemos ir a otra parte -se volteó a verme.
-Pero ¿a dónde?
-No sé...Podemos ir a la playa quizás. A disfrutar de tu último día de vacaciones.
*Narra Harry*
No quería ir a comprar. De hecho, ni siquiera sabía qué había que comprar. Así que planeaba ir a la playa.
-Si quieres...-Me regaló una de sus hermosas sonrisas.
-Entonces vamos.-Sonreí yo también.
Cambié de rumbo, ahora estaba conduciendo camino a la playa. De vez en cuando miraba de reojo a ______, pero ella miraba por la ventana hacia afuera. El sol que había iluminaba su bonito perfil. Cuando el mar comenzó a asomarse, se dio la vuelta hacía mí. Yo hice como si no hubiese estado mirándola, no quería que se diera cuenta.
-¡Llegamos!.-Gritó sonriendo. Era tan inmadura. Me encantaba.
-Sí.-La miré sonriente.
Seguí conduciendo hasta la orilla y bajamos del auto. Caminamos hasta la tibia arena de la playa y empezamos a caminar por la orilla del mar. Ambos nos quitamos los zapatos, así que el mar mojaba delicadamente nuestros pies. ______ se veía hermosa, en serio no sabía como explicar lo que sentía. No quería arruinarlo tampoco, así que no le diría. Estaba nervioso. ¿Qué haríamos aquí? ¿Sólo caminar? Supongo que no hablaríamos. No existe algún tema de conversación entre nosotros. Después del beso que nos dimos y la incomodidad que sentimos luego de éste, es imposible entablar una conversación. A pesar de que cuando estamos con otras personas, es como si nada hubiese pasado. Es raro.
-¿Harry?.-Dijo cuando yo estaba mirando al suelo.
-¿Si?.-Sonreí y la miré.
-¿Qué piensas?
-Nada...-No le diría en qué pensaba.
-Oh...Y ¿en qué trabajas?
-Pues, soy mesero en una cafetería. Sé que no es mucho, pero me sirve para poder pagar la universidad. 
-Al menos tienes algo. Yo debo conseguir trabajo, mamá me dijo que tenía que hacerlo. 
-Si quieres, yo puedo preguntarle a mi jefe si le hace falta personal...-Me gustaba la idea de trabajar con ella.
-¿En serio? ¡Me ayudarías muchísimo! ¡Gracias!.-Se abalanzó sobre mí y me abrazó. Yo respondí a su abrazo. 
Cuando nos separamos, estábamos muy cerca. El espacio que había entre ambos era casi inexistente. Podía sentir su respiración. Nos mirábamos a los ojos. Ella tenía sus manos sobre mi pecho y yo tenía las mías rodeando su delgada cintura. No aguanté las ganas que tenía de besarla, y lo hice. Yo acariciaba su cintura por sobre su blusa y ella había subido sus manos hasta mi cabello, ahora jugaba con mis rulos. Eso me volvía loco.
*Narra ______*
Y nuevamente estábamos besándonos. Cuando sus labios hacían contacto con los míos sentía como si una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo. Era inexplicable. Era un beso dulce, sin nada más que nuestros labios juntos. Me hacía estremecer. Pero como con cada beso, me preguntaba qué pasaría después. ¿Sería todo igual que siempre? ¿O las cosas cambiarían? No lo sabía. No podría saberlo hasta que pasara. No quise estresarme más. Sólo cerré mis ojos y disfruté del beso. Finalmente, luego de un rato, nos separamos. El aire de nuestros pulmones se había acabado completamente. Nos mirábamos a los ojos nuevamente. Pero, ¿qué fue lo raro? Harry, habló.
-______ yo...

sábado, 29 de diciembre de 2012

Capítulo 8

*Narra ______*
Harry daba pequeños y suaves masajes a mi lengua con la suya, me hacía estremecer. Acariciaba mis mejillas por debajo de mi cabello tiernamente, y yo tenía mis manos en sus caderas. La verdad, estaba muy cómoda en ese momento. Pero no sabría qué pasaría después de este beso, ¿qué haría?. Nos separamos por la falta de aire, él me miraba a los ojos, era como si ambos estuviéramos perdidos en los ojos del otro.
-Eh...-Dijo cambiando bruscamente su mirada hacia la madera del muelle. Yo también lo hice, así ambos quedamos mirando nerviosamente hacia abajo.
Demasiada incomodidad entre ambos. Ninguno sabía qué hacer ni qué decir. ¿Salir corriendo? No. Claro que no, sería patético. ¿Decirle lo que sentí? Mucho menos. ¿Y si no había sentido lo mismo? No, claro que no. Opción descartada. Primero, me pondría de pié. Pero sin caminar, si lo hiciera pensaría que estoy escapando. Y no niego que quería hacerlo, pero no llegaría a ese nivel de cobardía. Ok, dije para mis adentros. Cerré mis ojos, apoyé mis manos en el muelle y me puse de pié. Noté que Harry había levantado la mirada, pero volvió a bajarla. Estaba nerviosa. ¿Qué podía hacer? Al parecer, él estaba igual de nervioso que yo. Estaba parada, movía levemente mis pies por los nervios y Harry sólo miraba el suelo. ¿Qué hacer? Me volvía a preguntar. Miraba el paisaje de al rededor y no encontraba nada. Incómoda. Nerviosa. Indecisa. Pensativa. Debía hacer algo, no podía quedarme así.
-Harry...-¿Alivio al hablar? No. No sabría qué decir luego.
-¿Qué?.-Me miró hacia arriba rápidamente. Como si hubiera estado esperando a que yo dijera algo y no fuera él el que tuviera que hacerlo.
*Narra Harry*
No es que esperara a que ella hablara en medio de la incomodidad, pero si lo hacía yo, no sabría que decir. Quizás sería una estupidez. De seguro ella no había sentido lo mismo que yo. Por favor Harry, fue sólo un beso. Un simple beso.
-¿Quieres que...vayamos a casa? Es tarde y...
-Sí, mejor, vamos.-Sabía que sería incómodo. Pero ni modo, no nos quedaríamos lo que resta del día en ese lugar.
Me puse de pié, la miré hacia abajo, pues era más baja que yo, eso era tierno, y comenzamos a caminar. Ambos estábamos incómodos. No hablábamos. No nos mirábamos. El beso fue...Exquisito, no puedo negarlo. Pero la causa de que nuevamente ambos estemos incómodos. Por Dios, no sé qué me pasa con ______. Es prácticamente mi hermana menor. No podemos estarnos besando cada vez que se nos dé la gana. No es bueno. O sea, no me refiero a que no me gusten, todo lo contrario, me encantan; pero no lo sé. No podría pasar a nada más, en algún momento nuestros padres llegarán y listo, será el fin de todo. ¿Qué pasa si seguimos así, y nos terminamos enamorando? Eso no es imposible. Me siento muy atraído por ella, y no me extrañaría estar enamorado. Pero... No sé... No sé nada. Llegamos a la casa y entramos. Annie estaba ahí.
-¿Dónde estaban ustedes dos?.-Preguntó. Era como mi segunda madre. Miró nuestros rojizos labios, pero no dijo nada.
-Yo fui al muelle, y luego llegó Harry. Pero por casualidad. Y luego...-Estaba nerviosa. No le diría a Annie lo del beso, obviamente.
-Nos vinimos.-La ayudé. Me miró como con cara de "¿No le diremos?". Yo negué disimuladamente con la cabeza.
-Bien jovencitos...Hoy es sábado, así que mañana tienes que comenzar a arreglar tus cosas para la escuela ______. Y tu Harry, debes arreglar tu horario para tener tiempo de ir a dejarla y a buscarla.
Noté la mirada de ______. Me miró enojada. Pero ¿qué podía hacer yo? No había nada que hacer, debía cumplir las órdenes que me habían dejado. Se despidió y subió por las escaleras. Yo hice lo mismo. Llegamos a la habitación de ella y se volteó. Me miró nuevamente con desprecio y abrió la puerta del cuarto.
-______, espera.-Debía aclararle que no lo hacía por ser malo. No me gusta estar enojado con ella.
-¿Qué quieres?
-Pues, quiero decirte que...No me gusta estar enojado contigo. Pienso que no es lo correcto, yo no hago esto porque me guste estar enojado contigo, al contrario, no me gusta. Pero si no cumplo las órdenes, luego se enojarán conmigo, y tampoco quiero eso. Tengo más que claro que no eres una niña y que no hace falta que lo haga, pero tu madre dijo...
-¡Ya sé lo que dijo mi madre! Y no estoy enojada, es sólo que...No sé, considero que no es necesario. Tengo 17 años, no pueden estar llevándome a la escuela -miró hacia abajo. Se veía muy tierna.
-Mira, te propongo algo. Te iré a dejar los primeros días, y cuando finalmente hagas amigos, te puedes venir con ellos -era una solución lógica, y la única que le podía dar. No quiero que haga como que no existo, sólo porque la llevo a la escuela.
-Bien. Pero debes cumplirlo.
-Claro que lo haré.-Rodeé sus hombros con mis brazos y besé su cabello.-Ahora, duérmete. Mañana hay muchas cosas que hacer.
-Bien.-Me sonrió, besó mi mejilla como si fuera una niña pequeña y cerró la puerta.
Amaba que fuera tan increíblemente tierna. Cerré mis ojos y caminé hasta mi habitación. Mañana sería un largo día.
*Narra _______*
No culpo a Harry, es notorio que no es su intención hacerme enojar. Culpo a mi madre, ¿por qué tiene que ser tan sobreprotectora conmigo?. Me enfurece eso de ella. Además, Harry me ofrece soluciones, y ni modo, si no hay más, tengo que aceptarlas. Me recosté tras un largo día de pensamientos, incomodidad y nerviosismo, y me dormí profundamente.

Capítulo 7

*Narra ______*
Por más que buscaba la razón de mi extraño comportamiento frente a una persona que es prácticamente mi hermano, no la encontraba. De pronto, sentí unas grandes manos sobre mis ojos.
-¿Quién soy?.-Preguntó. Era obvio.
-Pues...No sé, quizás...¿La única persona que conozco en este país? Harry...-Dije sarcástica.
Ambos reímos y él se sentó junto a mí. Su risa era realmente hermosa.
-¿Cómo supiste que era yo?.-Más que estúpida su pregunta.
-Harry, además de Annie, eres la única persona que conozco aquí.
-Ohh, entiendo...Y ¿qué haces aquí tan sola?.-Preguntó mirando mi cabello. Sentí nervios.
-Nada...Sólo pensaba. ¿Y tú?
-¿Yo qué?
-¿Qué haces aquí?
-Lo mismo que tú. Y pues, para eso siempre vengo hasta aquí.
-Te entiendo, este lugar es realmente hermoso.
*Narra Harry*
Mientras hablábamos no podía dejar de admirar a _______. Era hermosa, y cuando oí su risa...Fue algo inexplicable. Ella me hace sentir cosas que nunca nadie había hecho.
-¿Harry? ¿Me oíste?
-No, me distraje, perdón...¿Qué decías?
-Que en mi país yo también tenía un lugar al que siempre iba.
-¿En serio? ¿Y era una especie de paisaje o algo así?
-Era algo parecido a esto. Un lago, pero no tenía muelle, me sentaba en la orilla y dejaba que el agua tocara la punta de mis pies. Era relajante.-No pude evitar imaginarla en ese lugar.
-Debe haber sido un lugar muy bonito...¿Te podría hacer una pregunta?
-Claro, dime.-Me dedicó una dulce sonrisa.
Buscaba la forma de decirlo lo más delicadamente posible.
-Escuché un par de veces a tu madre hablando con mi padre, y quisiera preguntarte...¿Qué fue lo que le pasó a tu padre? Digo, si es que se puede saber, claro.
-Mi padre...Él murió.-Noté que una lágrima cayó por su mejilla, pero rápidamente la sequé con mi dedo.
-Oh, lo siento mucho...No debí haberlo mencionado. Perdón.-Me sentía mal por haber preguntado.
-No tienes de qué preocuparte, fue hace mucho tiempo.-Dijo sonriendo, pero aún con los ojos cristalizados.-Hace once años, exactamente.
-Igualmente, no debí haber preguntado. Yo y mis tontas preguntas.-Siempre he sido curioso, a veces es bueno, pero en momentos como este, lo odiaba.
-No son tontas, cualquiera puede preguntar lo que quiera. Es sólo que al recordarlo... Es que él era tan bueno...-Comenzó a llorar. No sabía que hacer. Sólo tendí a rodearla fuertemente con mis brazos. Ella apoyó su cabeza en mi pecho y yo puse la mía sobre ésta. Besé su cabeza, y se separó de mí.
-¿Estás bien? -Estaba preocupado.
-Sí, no te preocupes...-Dijo sonriente, secando restos de lágrimas de sus mejillas. A pesar de todo, siempre sonreía. Amaba eso.
No pude contener mis ganas de besarla. Así que tomé sus mejillas y lentamente nos fuimos acercando, hasta unir nuestras bocas en un beso. Sus labios eran suaves y cálidos. Nuestras lenguas por primera vez, tomaron contacto. Sentía...No lo sé, sentía...¿Cosquillas en el estómago?

viernes, 7 de diciembre de 2012

Your Assistant. [One Shot]

Su andar nervioso era notorio entre la multitud que circulaba a esa hora por el lugar. Y es que estaba retrasada. A sus 18 años, no era su primera entrevista de trabajo, pero los nervios la carcomían por dentro al saber que no era con cualquier persona, era con el jefe de su madre. Y el que -si ahora le iba bien- sería el suyo también. Siguió caminando lo más rápido posible. Miraba el pequeño papel que tenía en su mano con la dirección y luego volvía la mirada hacia arriba buscando el número del edificio. Hasta que lo encontró. Cerró sus ojos con fuerza, suspiró y entró. Divisó el ascensor a dos metros de ella, caminó hacia él y subió. Presionó el botón que la llevaría hasta el piso en el que se supone la estaría esperando el estricto señor que creía que era y el ascensor comenzó a moverse. Arregló su aspecto mientras miraba su reflejo en los espejos que rodeaban la plataforma, y cuando sintió el abrir de las puertas, se volvió hacía adelante y salió. Antes de comenzar a caminar hacia la recepción, observó detalladamente la habitación. Había sofás que rodeaban una pequeña mesa, formando una especie de sala de espera; un gran escritorio de madera color crema, de donde apenas se asomaba la cabeza de la recepcionista -seguramente de esas de físico espectacular que tienen citas con los jefes y éstos les hacen creer que las aman, para luego sólo terminar en la cama-; y una que otra planta en las esquinas y ventanales. Tenía una amplia vista hacia la ciudad, lo que hacía que le entrara un pequeño sentimiento de vértigo al mirar abajo, pero nada incontrolable. Sin más que hacer, caminó hasta el gran mesón.
-Buenos días, ¿en qué la puedo ayudar? -dijo la señorita sin mirarla, ya que estaba concentrada en la pantalla de su monitor.
-Buenos días -respondió la joven muchacha-. Tengo una entrevista de trabajo con el señor...-buscó su nombre en el papel que traía en su mano- Harry Styles. 
Ni siquiera había leído su nombre. Ahora que lo sabía, le parecía un apellido apropiado para un hombre de negocios. Lo que la aterró aún más. 
-Ah, claro. Otra más -levantó la mirada. ________ la miró con intriga. ¿Acaso las demás chicas presentes estaban allí por lo mismo?-. Tome asiento, cuando oiga su nombre, debe ir por el corredor- señaló con su dedo índice un pasillo de muros blancos con varias puertas en los costados-, hasta la puerta en la que dice 'Director Styles'.-Todo muy robótico. Era como si se supiera las instrucciones de memoria y luego sólo las repetía a cada joven que llegaba.
-Ok, gracias.-Genial -pensó-, se había apresurado tanto para llegar a la hora y había sido en vano. Sonrió forzadamente y tomó asiento. 
Intentaba calmar sus nervios. Debía comportarse lo mejor posible -o más que eso-, porque de otra forma, perdería el puesto; y no sólo ella, sino también el de su madre. Más presión aún. Apoyó su codo en su rodilla y movía la punta de su pie derecho intentando tranquilizarse. Buscaba esa parsimonia que tanto necesitaba, pero que parecía no abordarla nunca. Esperaba el sonar de su nombre, mientras la sala se desocupaba y ocupaba por postulantes al empleo. La demora era demasiada. 
-______ ______- escuchó su nombre proveniente de una voz femenina. Seguramente de la persona que actualmente ocupaba el cargo que ella iba a buscar. La asistente del señor. 
Inspiró una última vez y se dispuso a caminar. Miraba la placa de cada puerta, pero ninguna tenía el dichoso apellido; hasta que llegó a la última. 
-Diector Harry Styles -leyó en voz alta. Empuñó su mano y golpeó tres veces. La desaparición repentina de la "voz" que había pronunciado su nombre le parecía extraña, pero no lo tomó en cuenta. 
Abrió un muchacho joven. Cabello castaño y rizado, ojos verdes, tez blanca y la vestimenta informal que llevaría cualquier chico de su edad, pues rodeaba los dieciocho o diecinueve años. 
-¿Tu eres _______ _______? -la miró de pies a cabeza, como haciendo el mismo examen físico que ella había echo de él. _______ se sonrojó.
-Sí. ¿Está el señor Styes? -cuestionó más que nerviosa.
-¿Y quién crees que soy yo? -espetó el joven. Había cometido su primer error, y ojalá fuera el único. 
-¡Oh! ¡Perdón! -exclamó sorprendida.
-No te preocupes -sonrió-. Pasa- abrió la puerta, ella entró, y volvió a cerrarla detrás suyo.
-Toma asiento -ambos lo hicieron. 
-¿Qué edad tienes? -comenzó la entrevista. 
-Dieciocho. Sé que soy joven, pero...
-Tranquila, sólo pregunté tu edad -ambos rieron, pero ella no lograba ocultar sus nervios-. Además, yo también tengo dieciocho, así que por la edad, no te preocupes. 
Era distinto a como se lo había imaginado. Muy distinto. Se dio la libertad de tratarlo de tu. Tenía su edad, sería raro hablarle de usted a alguien de su edad.
-Disculpe que pregunte, pero, ¿por qué tan joven eres director de una empresa?
-Mi padre falleció hace poco -segundo error. '¡Ya deja de preguntar estupideces!'-dijo para sus adentros.-, y yo soy su único heredero. Así que me quedé con la empresa.
-Oh...Lo siento, no debí haber preguntado. Perdón si te molestó mi pregunta, pero es que estoy muy nerviosa, y tampoco sé por qué estoy diciéndote esto, pero es que...-dijo rápido. Tercer error.
-¡Tranquilízate! -la interrumpió riendo-. No soy un monstruo.
-Bien, gracias, -sonrió tímida y agregó-: no te haré más preguntas.
Ambos olvieron a reír. 
-¿Tu eres la hija de _______ _______? ¿Verdad? 
-Sí.
-Oh...Tu madre me había hablado de ti -se puso de pie y comenzó a caminar por la oficina. 
-¿Ah si? ¿Y qué fue lo que te dijo? -se volteó en la silla con una sonrisa en los labios. Él estaba apoyado en la puerta con las manos en la espalda y los pies cruzados. 
-Pues... que eras tímida, lo cual no me parece verdad -rieron-; que eras muy nerviosa... pero que a pesar de todo, eras muy simpática, tierna, y linda -ella sonrió y se sonrojó ante su comentario. Sin duda, esta había sido la entrevista de trabajo más rara que había tenido-. ¿Y ella no te dijo nada sobre mí? 
-Mmm... Creo que no. Y creo que eso está más que claro teniendo en cuenta la idea que yo tenía sobre ti.
-¿Y cuál sería esa idea? 
-Que eras un señor viejo, gordo, feo y estricto -el rió-. Es que así han sido la mayoría de mis jefes, con aspecto de hombre de negocios. Pero tu...-se puso de pie y comenzó a caminar hacia él- eres distinto.- Tomó una distancia adecuada.
-¿A qué te refieres? ¿A que no tengo aspecto de hombre de negocios? Por favor, mírame -se dio la vuelta, haciendo que ella lo recorriera con los ojos-. Soy un completo adulto. 
Ella rió.
-No,no es eso. Es que... no sé. Eres joven, y para nada estricto. 
-¿Y cómo pretendes que lo sea? Tengo dieciocho, no cincuenta. 
Rieron, de nuevo. 
-Pero es que ya te dije. Yo te imaginaba... anciano. 
Rieron aún más. Él se quedó mirándola, ella aún sonreía. Entrelazó sus dedos en el cabello de _______, la acercó a él y atrapó sus labios con los suyos. La chica subió sus manos hasta los hombres del muchacho, pero con una acariciaba sus suaves rizos, mientra él tenía una mano en la mejilla de ella y la otra en su cintura. Empezaron a caminar hasta el escritorio, Harry apartó todas las cosas que había encima y sentó a la muchacha en su lugar. Apoyó su torso contra en de ella, haciendo que se inclinara hacia atrás. Ambos succionaban sus labios y masajeaban sus lenguas mutuamente suavizando el beso. Pero los interrumpió un ruido. El teléfono de ______. Ella se separó, buscó su bolso y sacó el móvil -aún entre los brazos de Harry.
-¿Hola? -contestó. Ahora sí, él sacó sus brazos de la cintura de la chica y caminó hasta detrás del escritorio. 
Luego de aproximadamente veinte segundos de charla con su madre, vio la hora en el teléfono, y se sorprendió al notar que llevaba casi una hora en la "entrevista".
-Me tengo que ir -tomó sus cosas y se dirigió a la salida. 
-¡Espera! -gritó Harry corriendo hacia ella antes de que abriera la puerta-. Tienes el empleo -sonrió y dió un corto beso en sus labios. 
-¿En serio? ¡Gracias! -lo abrazó por los hombros-. Oh, lo siento -se separó y arregló su blusa desordenada por el movimiento. 
-No te preocupes. Adiós -le dio un último beso y agregó-: Te veo el lunes, cariño -le guiñó el ojo, ella sonrió y se fue. 
En la sala de espera todos la miraron por sus llamativos labios rojos, pero ella sonrió sin tomarlos en cuenta y siguió caminando hasta salir del edificio. 
Claro que volvería el lunes. Finalmente, desde ahora en adelante, amaría su trabajo. Y más aún si estaba el dichoso jefe allí. El Sr. Styles.

Capítulo 6


Se acercó más y más a mí hasta finalmente rozar delicadamente la comisura de mis labios con los suyos, haciéndome sentir la humedad de estos. Me estremecí. Una vez que notó la leve debilidad que provocó en mí, se largó a su habitación. Me dormí plácidamente, pero fue inevitable no pensar en confusión. Harry era prácticamente mi hermano mayor, esto no podía estar pasando.
*Narra Harry*
¡______ me confunde! Es impresionante la forma en que me hace sentir como un tonto con sólo una mirada. Por más que pienso, no encuentro la razón de los impulsos que tengo cada vez que estoy a su lado. Es como si me obligaran. Me recosté a dormir, finalmente, creo que jamás encontraría una explicación. Al otro día, desperté temprano, más de lo normal. Bajé a desayunar, y Annie estaba limpiando la cocina. 
-Buenos días...-Dije frotando mis ojos.
-Buenos días señori...-Dijo volteándose-¿Harry?
-Sí. ¿Te extraña?
-Es que no es normal verlo tan temprano.
-Bueno, hoy sí.
-Buenos días...-Dijo una voz femenina detrás de mí. Supe que era ella. Me volví y estaba vestida con un short rosa y una blusa blanca de tirantes.
-Buenos días.-Respondimos Annie y yo al unísono.
-¿Cómo amanecieron?
-Bien. ¿Y tú?.-Respondí.
-Bien.
*Narra _____*
Comenzamos a preparar el desayuno y luego nos sentamos a la mesa. La incomodidad era notoria. Ambos estábamos concentrados en la comida, sin mirarnos, o eso creía yo, pues no había mirado hacia él. Sentí nervios. De pronto levanté mi mirada y lo vi mirándome, fijamente. Más nervios aún. Cuando terminé de ingerir la comida de mi plato, me puse de pié para limpiarlo.
-¿Estás enojada?.-Preguntó detrás de mí, en mi oído, con sus manos en mis caderas. Volvió a hacerme estremecer. ¿Por qué iría a estar enojada? No ha hecho nada malo.
-¿Por qué tendría que estar enojada?.-Dije girándome para verlo a la cara. No quitó sus manos de donde estaban.
-No lo sé.-Dijo muy cerca mío. Podía sentir su respiración y su aliento chocaba contra mi rostro.
-¿Está todo aclarado?.-Pregunté graciosa, intentando calmar mis propios nervios. 
-Sí.-Sonrió y se fue.
¿Qué es lo que le pasa? Me deja los nervios de punta y como si nada, se va. Es estúpido. Necesitaba poder relajarme, aunque fuera por unos minutos, así que me dirigí hasta mi habitación y entré en la ducha. Dejé que las tibias gotas de agua corrieran por mi cuerpo mientras cerraba profundamente mis ojos. Al salir, me vestí y bajé. Almorcé junto a Harry. Nuevamente el silencio incómodo. Nadie habla, nadie se mira. No existía contacto entre ambos. Cuando terminé de comer, hice lo mismo que hice luego del desayuno. Y ocurrió exactamente la misma escena.
-¿Segura de que no estás enojada?.-Me ponía nerviosa, y al parecer lo sabía. No dejaba de hacerlo.
-Sí Harry, completamente. Ahora...Me tengo que ir.-Me zafé de su agarre y me fui.
Salí de casa, y caminé hasta llegar a un muelle, me senté y pensé. No lo necesitaba, pues he pensado demasiado estos últimos días, pero tenía que intentar aclarar los enredos de mi mente.
*Narra Harry*
¡No sé lo que estoy haciendo! ______ me vuelve loco...Necesitaba pensar, más todavía. Así que salí de casa y me dirigí hasta el típico muelle donde voy siempre. Pero al llegar, allí estaba ella. Era hermosa, y aún más con la luz del atardecer iluminando su rostro.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Capítulo 5

-Harry...¿Qué haces?.-Dije separándome contra mi voluntad. Raro.
-...-Noté sus nervios, tampoco sabía qué decir al respecto-. ¿Quieres...ir al auto?-Dijo nervioso, creí que era un poco más seguro de sí mismo.
*Narra Harry*
Esto es realmente una locura. La atracción que tengo hacia _____, es impresionante. Fuimos hasta el auto, ambos incómodos, caminábamos prácticamente mudos. Tenía mi mirada perdida entre el seco césped de la pradera en la que estábamos, y la de ella, se veía igual. De vez en cuando nos mirábamos de reojo, pero al notar que ambos lo hacíamos, lo dejábamos de hacer. Llegamos hasta el auto y nos subimos. Camino silencioso, aún más incómodo, ninguno hablaba, estábamos nerviosos. Me sentía raro, como si hubiera cometido el peor de los errores, pero no tengo de que preocuparme, sólo fue una 'especial e incómoda cercanía', así que rompí el silencio.
-Y...¿En tu país tenías amigos?.-Estúpida pregunta. Sólo para esfumar un poco la incomodidad.
-¿Eh? -se volteó a verme, despistada.-Sí, sí, claro.
-Oh...Y ¿novio?.-Estaba nervioso.
-No, no. Me gustaba un chico, fuimos novios por un tiempo, pero nada más que eso.
*Bien, es sincera -pensé.*
-¿Y tú?.-Me preguntó.
-¿Yo qué?.-Fingí no haber entendido su pregunta, jamás había tenido una novia. Dios, me sentía muy avergonzado. 
-¿Tienes novia?
-Pues...
-¿Qué? 
-No, no tengo.
-Oh, genial -¿Genial? ¿Se alegraba de que no tuviera novia?-. Y...¿Se podría saber por qué?
-Bueno, es que...
-¿Qué? -arqueó una ceja mientras aguantaba la risa. Sospechaba algo.
-Jamás he tenido una, sólo he liado con varias chicas, pero nunca tuve una formal-rió un poco.
-¿Es una broma? -dijo riendo.
-No.
Lanzó una carcajada. 
-No lo puedo creer. 
-Bien, hemos llegado -cambié de tema.
Bajamos del automóvil y los chicos estaban esperándonos con una sonrisa en el rostro.
*Narra ______*
Cuando bajamos del vehículo, estaban tres chicos y dos chicas esperándonos.
-¡Hola!.-Gritaron todos.
-¡Hola!.-Gritó Harry.
-¿Qué tal?.-Dijo un chico de cabello castaño y ojos verdosos.
-Muy bien ¿y ustedes?-Contestó Harry.
-Bien.
-Les quiero presentar a _______, ella es mi hermanastra. ______, ellos son Louis, Niall, Zayn, Katie y Eleanor. Eleanor es la novia de Louis. 
-Hola.-Dije tímida saludando con mi mano.
-¡Hola!.-Dijeron todos, nuevamente al unísono.
Pasamos una agradable tarde, eran todos muy simpáticos. A las 20:00, con Harry decidimos irnos a casa, pues ya estaba oscuro el cielo y comenzaba a hacer frío. Nos despedimos de todos y nos fuimos a casa.
-¿Qué tal te cayeron los chicos?.-Dijo Harry.
-Muy bien, son todos muy simpáticos.-Dije sonriendo mientras el conducía.
-Me alegro.
No hablamos más durante el camino, y cuando llegamos, bajamos del auto y entramos a la casa.
-¿Y ustedes? ¿Por qué vienen tan tarde?.-Preguntó Annie.
-Fuimos al parque, a que ______ conociera a los chicos.-Contestó Harry
-Oh...Los chicos.-Dijo un poco ¿desconfiada? ¿Qué habría estado pensando que hicimos?
-Sí, los chicos.
-Bien, vamos a cenar.
Fuimos hasta el comedor, la cena estaba servida. Annie cocinaba muy bien, estaba todo muy rico. Luego subimos.
-Bien...-Dijo Harry cuando llegamos a la puerta de la habitación.
-Bien...
-Buenas noches...
-Buenas noches...
Los nervios se sentían hasta en el viento. 
-Adiós.-Dijo Harry acercándose más y más a mí. ¿Por qué siempre hacía eso? 

martes, 4 de diciembre de 2012

Capítulo 4


Entré a la casa y vi que Harry venía detrás de mí. Seguí caminando, entré hasta la cocina y allí estaba Annie.
-¡¿Qué fue lo que pasó señorita ______?!-Dijo preocupada al ver mi empapado cuerpo.
-Nada, sólo un juego de ¡INMADUROS!.-Grité la palabra para que Harry me escuchara.
-Ok...-Dijo con cara de intriga.
-Iré a cambiarme.
-Claro...
Subí hasta la habitación y me cambié la ropa. Bajé y Harry estaba ahí.
-Veo que te cambiaste...-Dijo.
-Sí, no podía ir toda mojada a conocer a tus amigos.
-Pues, bien hecho entonces.
-Sí.
-¿Vamos?
-Vamos.
Caminamos hasta su auto y el comenzó a conducir. El camino fue silencioso. Uno que otro suspiro y nada más. Harry miraba hacia a delante y yo por la ventana. De pronto, en medio del camino, detuvo el auto, habíamos llegado.
-¿Llegamos?.-Pregunté al no ver a nadie al rededor de nosotros, estábamos en una especie de pradera.
-No.
-¿Entonces?...
-Estamos aquí, sólo bájate.
-Ok...
Bajamos del vehículo y Harry comenzó a caminar por la pradera. Yo lo seguí. Luego de caminar un rato, habló:
-Ahora, siéntate.
-Bien.-Me senté.
-Quiero hablar algo contigo.-Dijo sentándose a mi lado.
-Bien, habla.-Dije dudosa.
-La verdad, yo no quería comenzar esto así de mal. Tu me odias sólo por querer cumplir con lo que dijo tu madre.
-Y porque siendo tanto o incluso más inmaduro que yo, te haces el maduro.
-¿Qué? Yo soy maduro.
-Claro que no.
-Claro que sí.
-Contigo no se puede conversar nada, ¡acepta tus errores!.-Dije parándome y comenzando a caminar.
-¡¿Por qué haces esto?!.-Gritó parándose también.
-¿Qué cosa? Madura Styles.
-¿Y si no quiero? ¿Qué harás?.-Dijo acercándose cada vez más hacia mí.
-Pues...-Dije nerviosa.
-¿Qué? -Dijo mirando a mis ojos.
-...